Hace ya casi treinta años que cada 23 de abril tenemos la inspiradora costumbre de celebrar el día internacional del libro. Es una fecha donde estamos acostumbrados a presenciar cuenta cuentos en los colegios y calles, ferias de libros usados y nuevos y hasta descuentos en tiendas físicas y por internet, todo para celebrar esta fecha tan especial que todos los amantes de la lectura (y los no tan aficionados) disfrutamos. Siempre existe un gustito al comprar un libro. Hasta existe el término Bibliosmia, que es el gusto por el olor de los libros. Puede ser uno que creas que es bueno por su portado o autor, o ese que llevas meses esperando tener un tiempo para leerlo.
Desde el colegio que empezamos nuestro viaje por la lectura, y por supuesto los libros. Primero aprendemos a leer y escribir, y es a partir de ese instante que nos vemos convertidos en exploradores de inmensos universos encerrados dentro de los libros. Leer es nuestra llave para abrir miles de puertas de diversas categorías y ser partícipe de cada una. No solo leer es el ejercicio físico, sino también mental. Poder ser testigos de intrigas, romances, horrores, magia y aventuras es una de las muchas experiencias que vivimos al leer.
Empezamos con las lecturas complementarias en nuestros colegios. Leer un libro al mes para luego rendir un examen escrito sobre ese libro. Podemos pensar que leer es una obligación, pero termina convirtiéndose en un verdadero tesoro. Atesoramos personajes, lugares y acontecimientos que se nos son mostrados en las páginas de libros, cómics o novelas.
Pero,¿por qué celebramos cada 23 de abril el día del libro? Es una tradición que empezó en 1926, casi un siglo atrás, en España. El día 23 de abril es una fecha donde nos despedimos de tres grandes autores de distintas nacionalidades en el año 1616 pero que comparten haber pasado a la historia por su escritura: Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega.
Estos tres autores no solo comparten su genialidad y amor por las letras, sino haber fallecido en la misma fecha y año. Poder celebrar este significativo día gracias a estos hombres nos lleva a agradecer a Cervantes por llevarnos a un lugar de la Mancha con su Quijote enamorado, a Shakespeare y su atormentado príncipe danés y a De la Vega por su orgullo de ser mestizo.
A los autores inmortales como ellos no se les olvida no solo por su obra, sino también por lo que representan: amor al arte de la escritura y la lectura. Mientras haya gente que recuerde al menos uno de sus obras o personajes ellos permanecen vivos y lo más importante, nos dan la bienvenida a leer y conocer otras grandes historias que pueden estar en el libro que tengas más cerca de ti.
Feliz día del libro de parte de un amante de la lectura, Esteban Barrios.